“Cada persona tiene que anticipar su propio 'momento Uber' antes de que la tecnología la deje atrás”

La tecnología avanza a una velocidad que ya no permite mirar hacia otro lado. Así lo expresó el economista y columnista de #MODO17, Diego Torres, quien dedicó su columna a analizar lo que definió como “el momento Uber”, una metáfora para entender cómo la innovación puede dejar obsoletas a las personas y a las industrias que no logran adaptarse a tiempo.

“El momento Uber es cuando la tecnología te pasa por encima y te das cuenta de que competís con herramientas del siglo XX en un mundo del siglo XXI”, explicó Torres. El ejemplo, dijo, viene del impacto que tuvo la aplicación de transporte sobre los taxistas tradicionales, pero hoy atraviesa de lleno a programadores, docentes, comunicadores, comerciantes y profesionales de todos los rubros.

El economista sostuvo que la economía digital está redefiniendo el valor del trabajo, el dinero y la productividad. En este nuevo escenario, la diferencia no está en quién sabe más, sino en quién aprende antes. “La inversión más importante no está en la bolsa ni en las criptomonedas, sino en uno mismo. Hay que dejar de scrollear y dedicar tiempo a aprender cómo usar las nuevas herramientas que van a definir tu futuro laboral”, planteó.

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Durante la charla, Torres describió con claridad cómo la inteligencia artificial transformó ya el trabajo de los desarrolladores y cómo esa ola se expandirá a otras profesiones. “Un programador que sabe usar IA produce cuatro veces más que uno que no la usa. El que no se adapta, directamente queda afuera del mercado”, señaló.

Sin embargo, advirtió que la inteligencia artificial no reemplaza la creatividad ni la capacidad de decisión humanas. “La IA ejecuta, pero no puede establecer objetivos. Ahí es donde entra la persona. Por eso quienes entienden el contexto, interpretan a sus clientes o conectan ideas siguen siendo insustituibles”, explicó.

A partir de esa idea, Torres propuso mirar la tecnología no como amenaza, sino como un aliado que permite liberar tiempo y mejorar la calidad de vida. “En pocos años vamos a trabajar menos días, pero con más sentido. La IA puede quitarnos tareas repetitivas si aprendemos a integrarla en nuestro trabajo”, afirmó.

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El especialista extendió el concepto al mundo educativo, donde dicta clases en la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, contó, aplica inteligencia artificial en la formación de docentes, logrando resultados mucho más eficientes. “Antes necesitábamos seis clases para alcanzar un objetivo, ahora lo hacemos en dos. Pero eso no significa que se aprenda menos, sino que el tiempo se usa mejor. El problema es cuando se copia y pega sin procesar; ahí el resultado es una porquería”, advirtió con humor.

A lo largo de la columna, Torres insistió en que el cambio tecnológico no debe verse como una amenaza moral, sino como una realidad inevitable. La opción, dijo, es asumirlo desde la curiosidad y la preparación. “Cada profesión va a tener su momento Uber. Lo que hay que hacer es adelantarse, pensar distinto y accionar antes de que la ola te pase por arriba”, resumió.

Para el economista, la economía global hoy corre a dos velocidades: una que avanza al ritmo de la tecnología y otra que permanece atada a los modelos del siglo pasado. Esa distancia, advirtió, puede generar una brecha de desigualdad enorme si las personas no se actualizan. Pero también abre oportunidades inéditas para quienes deciden capacitarse. “El conocimiento hoy es la verdadera moneda. La IA no reemplaza a quien sabe pensar”, aseguró.

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Torres cerró su columna con una reflexión que resume su mirada optimista: “Cada persona tiene que anticipar su propio momento Uber. No se trata de tener miedo, sino de animarse a aprender, a reinventarse y a mirar el futuro con otra cabeza. La tecnología no quita trabajo, lo transforma; y quienes sepan adaptarse serán los que realmente ganen tiempo y libertad.”