
La canasta básica subió 3,6% en noviembre y una familia necesita más de $1,25 millón para no ser pobre
Actualidad11/12/2025
REDACCIÓN
El Instituto Nacional de Estadística y Censos publicó este jueves los valores actualizados de la canasta básica total y la canasta básica alimentaria correspondientes a noviembre de 2025. Según el informe, una familia de cuatro integrantes en el Gran Buenos Aires necesitó $1.257.329,03 para no caer en la pobreza, cifra que refleja un incremento mensual del 3,6%. En el mismo período, la canasta alimentaria —que determina la línea de indigencia— trepó 4,1%, situándose en $566.364,43.


Estos valores, que se actualizan cada mes, marcan los umbrales oficiales para medir la pobreza y la indigencia en la Argentina. Su evolución resulta determinante para evaluar la situación socioeconómica de millones de hogares, dado que representan el costo indispensable para cubrir necesidades alimentarias y no alimentarias básicas.
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El informe técnico “Valorización mensual de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total” detalló que, con estas variaciones, la CBA acumula un incremento del 21,1% en lo que va del año y una variación interanual del 28,9%, mientras que la CBT registra un alza acumulada del 22,7% y un aumento interanual del 25,4%.
La medición del Indec toma como referencia al denominado “Hogar 2”, la familia tipo que utiliza el organismo para sus cálculos: un varón de 35 años, una mujer de 31, un hijo de 6 y una hija de 8. Este grupo equivale a 3,09 adultos equivalentes, una unidad técnica que permite comparar necesidades de consumo entre distintos hogares.
Para un adulto equivalente, la línea de pobreza se ubicó en $406.902,60, mientras que la línea de indigencia fue de $183.289,46, valores que funcionan como referencia directa para salarios, prestaciones sociales y discusiones económicas en múltiples sectores.
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La metodología del Indec para calcular ambas canastas se basa en los hábitos de consumo relevados por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares y en el coeficiente de Engel, que permite estimar cuánto del gasto total se destina a alimentos. La canasta alimentaria contempla los requerimientos energéticos y proteicos mínimos para un adulto, mientras que la canasta total suma bienes y servicios no alimentarios como transporte, educación, vestimenta y otros consumos esenciales.
La actualización de noviembre vuelve a mostrar el impacto sostenido de la inflación en los costos básicos de vida, en un contexto donde el Gobierno destaca la desaceleración del índice general, pero los alimentos y servicios esenciales continúan marcando un ritmo elevado.
Fuente: Infobae




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