Las bandas cambiarias se ajustarán por inflación desde enero y cambia el esquema del dólar

Desde el inicio de 2026 comenzará a regir un nuevo esquema de bandas cambiarias atadas a la inflación, que reemplaza el mecanismo de ajuste fijo mensual del 1%. La decisión apunta a evitar un mayor atraso del dólar y a dejar de utilizar el tipo de cambio como referencia indirecta del resto de los precios de la economía.

A partir de este cambio, las bandas se moverán según la inflación oficial de dos meses atrás, medida por el INDEC. En enero, el ajuste tomará como base el índice de noviembre, que fue del 2,5%, lo que marca el debut práctico del nuevo criterio.

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Con el esquema vigente hasta ahora, el piso y el techo cambiario se actualizaban de forma automática y previsible, independientemente de la dinámica de precios. Desde el nuevo año, esa referencia se abandona y el rango se moverá en función del costo de vida, con el objetivo de evitar distorsiones acumuladas en el tipo de cambio real.

Actualmente, las bandas se ubican entre $916 y $1.526, por lo que, de aplicarse el ajuste del 2,5%, el techo podría acercarse a los $1.564 hacia fines de enero. Para febrero, los analistas prevén un incremento adicional del 2,1%, en línea con la inflación estimada para diciembre en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado elaborado por el Banco Central de la República Argentina.

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En el mercado, el dólar mayorista opera en torno a los $1.455, mientras que los contratos de futuros ya reflejan esta dinámica. Para fines de febrero, se negoció un valor cercano a $1.522, y para marzo alrededor de $1.555, ambos con subas mensuales del orden del 2%.

Especialistas señalan que el nuevo esquema exige una política fiscal ordenada y una estrategia activa de acumulación de reservas, uno de los puntos observados por el Fondo Monetario Internacional. La compra de divisas a mayor ritmo aparece como una condición necesaria para sostener la credibilidad del régimen.

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La atención del mercado también se concentra en el comportamiento del turismo emisivo durante el verano, ya que la demanda de dólares para viajes al exterior ofrecerá señales sobre cómo responde el tipo de cambio dentro del nuevo marco. Ese flujo permitirá evaluar si el rango se acomoda de forma consistente con la dinámica real del mercado.

En paralelo, 2026 arranca con otros movimientos relevantes en el frente cambiario y financiero. Entre ellos, la liberación de los depósitos inferiores a USD 100.000 del último blanqueo, alojados en las Cuentas Especiales de Regularización de Activos, tanto en bancos como en Alycs, por un volumen estimado superior a los USD 20.000 millones que podría canalizarse hacia inversiones.

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Además, continúa la flexibilización de operaciones con divisas y la profundización de la emisión de deuda en moneda extranjera, tanto por parte de empresas como del propio Estado, con instrumentos como el Bonar 2029, en un contexto de normalización gradual del mercado cambiario.

Fuente: NA.