

Por la crisis hay empresas pesqueras que podrían ingresar en concurso de acreedores
Actualidad09/04/2025

Tres empresas del sector pesquero analizan acogerse a la figura del concurso preventivo. La información comenzó a trascender desde fuentes oficiales y ya se instaló como una preocupación interna en el ámbito del Gobierno provincial.
Una de las firmas apuntadas es Veraz, que recibió una licencia de pesca provincial hace pocos meses. El permiso fue gestionado por la administración anterior, pero la actual lo ratificó. A cambio, la empresa se comprometió a financiar la construcción de nuevas escuelas en Chubut.
La posible entrada de Veraz en convocatoria de acreedores provocó malestar interno.
El caso de Veraz no es el único que genera inquietud. También circula el nombre de Mirabella, una empresa con base operativa en Puerto Madryn y actividad sostenida en exportación. La firma evalúa la herramienta legal del concurso preventivo como alternativa para reestructurar su pasivo financiero.
Mirabella es una de las firmas más visibles del parque pesquero del Golfo. Su situación impacta en la cadena laboral, en proveedores y en los servicios satelitales que giran alrededor de la actividad pesquera. "La crisis ya no es teórica. Es concreta y cotidiana", dijo un empresario del sector.
La tercera empresa en la lista es una firma menos mediática pero con fuerte presencia industrial. Tiene una planta procesadora en el puerto de Rawson y una segunda instalación moderna en el parque industrial liviano de Puerto Madryn. También analiza ingresar en convocatoria para reorganizar sus pasivos.
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El dato fue confirmado por funcionarios que pidieron reserva. Aunque la cautela domina las declaraciones públicas, en privado reconocen el deterioro creciente del escenario económico pesquero y el impacto directo sobre la rentabilidad de las plantas procesadoras.
El modelo exportador del langostino muestra señales de agotamiento. Las cámaras frigoríficas están llenas de toneladas sin vender, los precios siguen bajos y los compradores internacionales no responden con la dinámica que el sector necesita para sostenerse.
Las empresas señalan que la presión impositiva terminó por colapsar sus finanzas. El Derecho Único de Extracción (DUE) se incrementó, lo que implicó una suba efectiva de tributos. "Es una suba disfrazada de ajuste técnico", aseguró un contador vinculado al sector.
Además, la falta de devolución del IVA pone en jaque la liquidez. La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) mantiene trabados montos millonarios en reintegros impositivos. Esa falta de circulación de fondos ahoga las posibilidades de sostener la operación diaria.
Las firmas no acceden a nuevos créditos. Los bancos cerraron líneas de financiamiento y las tasas de interés hacen inviable cualquier intento de inversión o recomposición. "Ya no hay espalda para aguantar otro semestre así", explicó un directivo del rubro.
La crisis también impacta en los gremios. El STIA tiene paritarias abiertas en las próximas semanas. Su dirigencia aún no reconoce públicamente el deterioro del sector, pero en los pasillos ya hablan de riesgo laboral.
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Los sindicatos marítimos también están en alerta. Ante el posible ingreso en concurso de más de una firma, comienzan a organizar asambleas informativas y consultas con los trabajadores de planta. La incertidumbre se siente cada día más fuerte en los muelles.
El Ministerio de Economía no respondió los pedidos de revisión sobre retenciones a las exportaciones. La falta de decisiones estratégicas le resta competitividad a una industria que ya no tiene margen.
Los permisos de pesca vuelven al centro del debate político. El caso Veraz abre una discusión institucional sobre los criterios de asignación de cupos y licencias, y el verdadero control estatal sobre las condiciones financieras de las empresas beneficiadas.
Los funcionarios buscan contener la crisis sin amplificar el conflicto. Evitan hablar de quiebra, pero reconocen que el concurso preventivo se convirtió en una salida posible y cada vez más común para el empresariado.
El parque industrial liviano de Puerto Madryn podría convertirse en epicentro de un nuevo colapso laboral. Si la tercera firma avanza con el proceso judicial, la cadena de proveedores y operarios se verá directamente afectada.
Los empresarios no descartan más presentaciones judiciales. El concurso se volvió una herramienta casi inevitable frente al contexto. "Lo usamos para evitar males mayores", dijeron cerca de una de las compañías mencionadas.
La caída de ventas se agrava con el correr de los meses. Los mercados internacionales no responden con dinamismo, los precios no mejoran y la carga fiscal se mantiene sin alivios. Es un coctel complejo.
La producción sigue, pero con serias restricciones. Se reduce el ritmo de procesamiento para evitar el colapso total de stock. Las empresas priorizan sostener estructuras mínimas, aunque eso implique achicar turnos y paralizar maquinaria.
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El Estado aún no define un plan de contingencia. No hay créditos blandos, ni beneficios fiscales, ni subsidios operativos. La pesca queda a la intemperie.
Los trabajadores piden certezas. En las plantas, el clima es tenso. Circulan rumores de despidos y reducción de jornadas. El miedo al cierre ya no es un fantasma, sino una posibilidad concreta.
El modelo productivo muestra grietas. La pesca fue durante años uno de los pilares de la economía chubutense. Ahora se transforma en el rostro visible de una crisis que nadie quiere asumir.
El concurso preventivo ya no es una excepción. "Si tres empresas analizan presentarse, mañana pueden ser cinco", advirtió un abogado especializado en derecho concursal. "Estamos frente a una tendencia que no va a detenerse sola", agregó.
El Gobierno necesita tomar decisiones de fondo. No alcanza con declaraciones ni promesas. El sector pide alivios concretos, medidas urgentes y reglas claras. La pesca necesita respirar.







