
La Unión Europea mantiene su meta climática para 2040 pero cede ante presiones internas
PODCASTS Radio Francia Internacional03/07/2025


En plena ola de calor extremo, la Comisión Europea presentó su hoja de ruta ambiental con una ambición clara: recortar en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2040, en comparación con los niveles de 1990. La medida fue anunciada por el comisario de Clima, Wopke Hoekstra, en un contexto que subraya la urgencia del problema, según lo consignó Radio Francia Internacional en su podcast Enfoque Internacional. Sin embargo, el plan no está exento de concesiones y habilita mecanismos cuestionados, como créditos de carbono y compensaciones por emisiones, lo que despertó críticas desde la comunidad científica y organizaciones ambientalistas.

Europa es el continente que más rápido se calienta y las proyecciones muestran que las olas de calor por encima de los 40 °C serán cada vez más frecuentes. Frente a ese escenario, Hoekstra presentó una propuesta que mantiene la meta global pero incluye cláusulas de “flexibilidad” para suavizar tensiones con gobiernos que ponen reparos a la transformación energética. Una de ellas permite compensar hasta un 3% de las emisiones con inversiones en proyectos de reducción de CO₂ en otros países, como la reforestación.
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La experta en negociaciones climáticas Anabella Rosemberg, de la Red Acción Climática, consideró que “el 3% no es despreciable. Se trata de sumas potencialmente considerables que se gastarán en el extranjero en lugar de financiar la transición en Europa”. La crítica apunta a que esos fondos podrían reforzar las iniciativas continentales en lugar de delegar responsabilidades en terceros. “Como segundo emisor histórico, este objetivo no refleja adecuadamente su responsabilidad”, afirmó también Rosemberg, al remarcar que las concesiones desdibujan el impacto que debería tener una política ambiental robusta.
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Otra de las decisiones incluye el impulso a la captura y almacenamiento de CO₂ en el subsuelo, una tecnología costosa que, según sus detractores, desincentiva a las industrias a reducir realmente sus emisiones. También se permitirá compensar emisiones de un sector con sobrecumplimientos en otro, algo que abre la puerta a desequilibrios internos en los esfuerzos de descarbonización.
El Consejo Científico Consultivo Europeo sobre Cambio Climático ya había advertido sobre los riesgos de estos mecanismos en un informe publicado en junio. Allí señaló que los créditos internacionales “pueden parecer rentables a escala global, pero conllevan grandes riesgos para la integridad ambiental” y no deben reemplazar acciones concretas dentro de cada país. Pese a estas advertencias, el Ejecutivo comunitario mantuvo la decisión bajo el argumento de que se trata de “pragmatismo”, según Hoekstra.
Desde la sociedad civil, estas flexibilizaciones son vistas como retrocesos. “Distintos países han reclamado su pequeña porción de beneficio en lo que tendría que ser un plan para salvar la humanidad”, denunció Rosemberg. Y añadió que existen líderes “climatoescépticos” como en Hungría o posiciones estratégicas como la de Francia, que presionó para que se acepte la “neutralidad tecnológica”, con el fin de equiparar la energía nuclear a las renovables.
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La meta de 2040 es un paso intermedio hacia el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, mediante autos eléctricos, viviendas eficientes y menor dependencia de combustibles fósiles. Pero los expertos advierten que sin medidas más firmes y con una estructura de compensaciones laxas, se corre el riesgo de diluir la política climática. Lo que se presenta como equilibrio entre intereses podría convertirse en una ruta ambigua que impida alcanzar las metas prometidas.
Material publicado por gentileza Radio Francia Internacional









