


La prospección de langostino volvió a quedar en suspenso. La convocatoria lanzada semanas atrás fue un fracaso. Solo se nominaron dos buques. La falta de interés impidió comenzar la campaña en la veda de merluza.


El Consejo Federal Pesquero se reunió nuevamente esta semana. Decidió abrir una nueva convocatoria. No estableció plazo de inscripción ni fecha de inicio.
El plan técnico para explorar el recurso sigue vigente. Se hará una subárea por vez. Pero solo si hay al menos cuatro barcos. “Con dos barcos no se puede”, había advertido el INIDEP.
El instituto técnico nacional indicó que la muestra sería incompleta. Tanto el eco de cardúmenes como los lances de prueba podrían ser erróneos. “No reflejarían la realidad y llevarían a resultados equívocos”, dijo el organismo.
La autoridad de aplicación mantuvo contacto con los técnicos. Pidió un dictamen. La respuesta fue clara. Dos barcos no alcanzan. La prospección necesita al menos cuatro buques operativos.
En función de ese mínimo, el Consejo resolvió esperar. No apurará el llamado. Solo se dará inicio cuando se confirme la participación necesaria.
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La decisión busca evitar errores metodológicos. También refleja la escasa expectativa del sector. La flota no se anotó en la primera convocatoria.
Solo un buque fresquero y uno congelador se ofrecieron. No se acercaron al número esperado. La participación mínima nunca se alcanzó.
La campaña de este año repite estructura. Serán cuatro subáreas. Dos al norte. Dos al sur. Cada zona se abrirá según los resultados obtenidos en la prospección.
El INIDEP definirá si habilita o no. Pero todo indica que sí. El plan de trabajo prevé esa cantidad. El Programa de Langostino ya fijó que cuatro buques son el mínimo aceptado.
En las actas del Consejo figura ese estándar. El sector lo conoce. Los armadores también. Nadie podrá decir que no estaba al tanto.
Mientras tanto, el calendario avanza. La flota espera certezas. Pero sin barcos anotados no hay fecha de partida. Todo depende de reunir interesados.
En los puertos hay especulación. Algunos hablan del 12 de junio. Otros creen que puede demorar más. Nada se confirmó de forma oficial.
La temporada 2025 empieza con incertidumbre. No por condiciones climáticas. Ni por falta de técnica. Sino por la escasa voluntad de las empresas para participar.
En los muelles hay malestar. Algunos acusan a las cámaras. Otros critican la gestión política. Los sindicatos aún no se pronunciaron.
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Los biólogos del INIDEP miran con cautela. Sin datos precisos no pueden hacer proyecciones. “Se necesita volumen para evaluar el stock”, remarcan.
El Consejo tampoco quiere apurarse. Ya quedó expuesto en la primera convocatoria. La imagen institucional quedó dañada.
Las empresas más grandes prefieren esperar. Argumentan que no hay condiciones comerciales. El precio del langostino todavía no se definió.
El mercado internacional sigue volátil. Europa no confirma pedidos. Asia compra poco. Los costos logísticos subieron.
En ese escenario, el interés por salir a prospectar es bajo. Sin incentivos, pocos arriesgan. Prefieren cuidar el combustible y esperar mejores señales.
La pesca nacional atraviesa un momento sensible. La incertidumbre también se ve en la flota de altura.
Las cámaras empresarias no emitieron comunicados. Tampoco la Subsecretaría de Pesca. El silencio predomina en los despachos.
En la Patagonia crecen las dudas. Algunos esperan que Nación incentive la campaña. La falta de barcos preocupa a los gobernadores.
Los intendentes del litoral marítimo también lo notan. Las economías locales dependen del langostino. Sin prospección no hay temporada.
Los estibadores lo saben. Los fileteros también. Cada retraso genera angustia. La temporada marca el pulso económico del invierno.
Por ahora, el Consejo optó por esperar. “Si no hay cuatro barcos, no hay fecha”, resumen desde el organismo.
La frase se repite en el sector. Las empresas la escuchan. Las tripulaciones también. El langostino no sale si no hay quien lo busque.









